
Cartago, Capital Mundial del Bordado
Está ubicada al norte del departamento del Valle del Cauca, en la zona PCC, Paisaje Cultural Cafetero, bañados por los ríos La Vieja y el Cauca.
Nuestra labor
María Patricia Ramírez S, es una marca que transforma el arte del bordado en piezas únicas de vestir. Con un profundo respeto por la tradición, cada prenda es elaborada a mano utilizando las técnicas de paté cabra y punto de araña, logrando una fusión armoniosa entre la historia y la innovación.
Nuestro equipo de artesanas especializados da vida a diseños inspirados en el mundo que nos rodea, creando piezas que cuentan historias a través de cada puntada. En cada detalle, celebramos el valor del trabajo hecho a mano, el arte textil y la exclusividad de prendas que trascienden el tiempo.
María Patricia Ramírez Salazar es una destacada empresaria y diseñadora de bordados nacida en Cartago, Colombia. Fundadora y propietaria de la marca María Patricia Ramírez S, ha dedicado su carrera a la creación de tejidos a mano con bordados finos, especializándose en las técnicas de Paté-cabra y punto de araña.
Desde muy joven, estuvo inmersa en el mundo del bordado gracias al legado de sus padres, José Fernando Ramírez Ramírez y Ana Emma Salazar Duque, reconocidos comerciantes en la ciudad y propietarios de la prestigiosa marca Bordados Emma. Inspirada por su familia y motivada por su amor por el arte textil, adquirió experiencia trabajando durante varios años en el negocio de su madre antes de emprender su propio camino.
En abril de 2007, decidió fundar su propia marca, con el propósito de preservar y renovar la tradición del bordado artesanal. Su talento y dedicación la han llevado a participar en importantes eventos nacionales e internacionales de moda y artesanías, donde ha obtenido reconocimiento por la calidad, exclusividad y alto valor agregado de sus creaciones.
Cada pieza diseñada por María Patricia Ramírez Salazar es el resultado de una meticulosa labor artesanal, reflejando no solo su habilidad y creatividad, sino también su profundo respeto por la tradición familiar. Su trabajo no solo enaltece el bordado como una expresión artística, sino que también contribuye a mantener viva una herencia cultural invaluable.